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Tocar el alabastro de los años

es asomar el cuerpo al jardín

tras saliva

develamos acertijos

                         pulsiones de muerte,

 

-regresa al papel como toda cicatriz imposible-

 

irrumpiste en la casa

abriste puertas

                                Sibila

tras el tobillo de tu madre

como animal sin patas

como eqqus

bebe pulsiones

perdida en el abismo

duerme de pie

mañana no habrá vacío

ni alimento.

 

Eccus inapetente

ya toda respuesta

Cefalopodo invencible

abre tu ojo.

 

Del ejercicio #3

LAGO

 

Soplé con mínima resistencia

este segundo

amanecí en caño negro

ese lago donde aprendí

el lenguaje de las señas

Apago las luces de un cuarto

de paredes con nombres

desisto permanecer en esa mesa

siempre acaba con una silla

la ventaja de decir esto

es que el lago se ve infinitoel

engaño siempre golpea la ventana

se escurre entre el vidrio

¿ porqué no desaparecer el último sentido tuerto?

escucho el golpeteo de latas

la lluvia que lava esa piedra

es lluvia de otro tiempo

debe ser extraño caminar

sentirse completo

no desmembrarse, de a poco.

en ese caño negro

siempre corren jinetesen

sus lomos traen nuestras vidas

es mejor no aprender ese lenguaje

jamás se recupera el habla.

El sonido de las sillas

 

¿con quién voy a rezar ?

hace años 
debiste alzar esa pregunta sobre tus hombros
debiste servir la cena
sobre platos exhaustos
esos caldos aún los veo humeantes
en el borde de mis manos 
palpo la fina capa del resquemor

la casa del frente está apagada 
las luces nunca iluminan la nuestra
parecemos dos cuerpos
entre tanta quietud

con quién voy a rezar
si todo esto está enterrado en un sótano 
que no existe.

© 2014, taller de poesia
 

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