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“entonces descendieron las flechas”

                                             popol wuj

“no había animal ni sabandija

que no le hiciesen estatua

y todos les hacían semenajza

de sus dioses y diosas”

 fray diego de landa

[ y este animal sangrante de miedo

con la sed insaciable de nombrar

                                 y nombrar

           y nombrar

           y nombrar

            y nombrar

           y nombrar

           .

           .

           .

     y nombrar

    las mismas cosas de siempre ]

antes del tiempo era huella dactilar vencida que se escurría por las fauces del

viento para sobar los cuernos heridos de los venados que huyen tras el sismo

                             antes : antes : antes

 

antes del tiempo era diminuta costilla quebrada que se escondía entre la falsedad ígnea de la arena que besa el oceáno tardío : antes del tiempo era oscuridad atrofiada en la nueva sombra . sombra torcida en la helada luz . luz que se arropa con las pieles doradas que germinan en el cérvix sagrado del ocote jadeante que preño el rayo bravío antes de dormir

 

antes del tiempo era lengua danzante de húmedo rocío : antes del tiempo era beso herido entre el granizo . crestería afilada de los pastizales

antes : antes : antes

 

antes del tiempo:

 antes. antes. antes. era barranco dormido . orquídea hambrienta sin flor. lenguaje clandestino entre las amapolas que vigilan el claustro de los sueños. antes era cazador hambriento que juntaba retazos de leña en el invierno:

antes del tiempo era tiempo sin nombre

antes : antes : antes

 

ahora

soy el llanto del aguacero copioso

que se asoma con vergüenza  

tras la orilla de las montañas trenzadas

 cuando la milpa exangüe ya se ha perdido del todo

“…hace maletas andáte rápido dijo el mediodía

huí de hado y hojarasca; de olvidos e historias”

            wingston gonzález

estoy acá

con los mismos incendios . que arden en el vientre anciano del vertiginoso copal torcido y que tiñes con tus oníricas manos de sudores antiguos : con las mismas palabras heridas

que titilan en la palpitante lengua adormecida por del silabeo constante de los aporreados granos de maíz cayendo hacia el   

v a c í o

 

estoy aca. con las mismas vergüenzas que han tallado la sombra rugosa de mi garbático cuerpo desnudo cuando descansa bajo los telaráñicos troncos encorvados de un cerbatanero pino mutilado

 

estoy acá con los mismos temores : lanzalos a la  garganta del sol el día que sea

           

veranombligo de ardiente marzo sangrante quedáte conmigo un poquito más : anidá en lo profundo de mi sudoroso regazo . respirá en la tranquilidad de mis brazos incinerados hasta hacer transpirar mis células calcinadas para embriagarte con mi sudor de frutas silvestres

 

no te vayas tan pronto . veranombligo de ardiente marzo sangrante

 

yo te curaré de susto  todas las mañanas . untaré  tinajas  de agua florida en tus volcanes  y acariciaré  las mieles doradas de tus vientos

 

veranombligo de ardiente marzo sangrante . juntos orinaremos sobre el regazo tibio del cielo . teñiremos de rojo el pecho de las estrellas colgantes . comeremos plumas podridas de ocelote tierno y volaremos felices sobre las alas de un jaguar

 

tomá mi torcido organismo oxidado . ¿acaso ya lo han olvidado tus vientos?

 

no: no te vayas tan pronto veranombligo de ardiente marzo sangrante

que no quiero morirme de tiempo…

 

que malditas ganas  -las tempestades mías-  de huir corriendo epilépticamente convulso de la corpórea mirada latente del miedo y poder despojarme en cosecha  fecunda de las anónimas pieles mecánicas del tiempo para poder convertirme en

animal de montaña virgen

 

subiría a los embadurnados cerros hojarásticos donde contemplaría embelesado el silencio lumínico que emiten las pirotécnicas parvadas blanquiazuladas de siderales conejas en brama  que con sus ojos encandilados danzan litúrgicamente sobre el zarape astrológico del cielo  formando las celegríes madrugadas tibias que se arropan con harapos astrales de faúcicas nubes abadas

                                   

rascaría también las piedras con mis uñas de copal tejido hasta encontrar  liquidámbares subterráneos que me señalen con sus  quirúrgicos dedos de bejucos tiernos el destino onomatopéyico que levitando emprenden  los cientos de féretros  flotantes  de las clorofílicas hojas secas que dibujan las copas de los desérticos palosblancos

 

que malditas ganas -las tempestades mías- de huir flotando propulsamente herido  de la coacción mojada que emiten los sueños truncados y poder diluyirme

gotagota                       gotagota                       gotagota                       gotagota

       gotagota                      gotagota                       gotagota                        gotagota

en turbulencia errante de las remojadas marejadas que arremete el vacío para  poder convertirme en animal de mantecosaguadulce

 

llenaría de vientos acuáticos mis branquias flácidas y jugaría con el musgo espumosamente fértil  que resguarda del llanto a los lúbricos taludes orfebres de este caudaloso río metamórfico  que con su saliva travesti  desdobla las grandes bocanadas de cogollos foliares y los convierte en tepocates vidriosos que embuchan grandes croares en su pecho estrófico

 

zambulliría también los fragmentos de mis escamas en el eco enardecido que producen los cuerposmuertos en el naufragio del tiempo: y jugaría tiernamente con las ondulantes algas verdes que cantan en vigilia sonora cuando los peces deciden llorar porque el río está seco y herido

 

que malditas ganas -las tempestades mías-  de evaporar mis huesos frágiles en un incendio sonoro .  de silenciar mis miedos en la frecuencia rabiosa del viento y de agrietar el cofre podrido  mis lamentos vencidos.

 

que malditas ganas -las tempestades mías- de no ser nada : de no ser nadie

en esta tierra tan lacónica y confusa

“lo que escribes es como

hablar dormido: quieres rescatar

         algo de tu infancia irrescatable”

  luis cardoza y aragón

¡que feliz era cuando en mi ambiguo pecho de niño tristherido

solo habitaba el vuelo huérfano de una azucena blanca!

 

hacía malabares con el canto tartamudo que en trrrova soprrrana brrrota del pecho silábicamente agónico de las alebrestadas palomas mensajeras mientras ellas en afán perpetuo con sus picos de maíz cocido le robaban plumas maduras al crujiente huevo del sol

 

cultivaba el reflejo de las tibias estrellas achiotadas cuando con sus oculares espejos nocturnos poseían los ojos encandilados de las acróbatas panteras traviesas que asaltaban a tientas el tejado ahumado de aquella casa vieja

 

volaba hacia el infinito sobre las mellizas alas secas de las fósiles libélulas coquetas que se forman en la sombra tibia de las germinales hojas muertas cuando dibujan la cabeza calva

de los deprimidos árboles caducos

 

bajaba el tiempo del oxidado cielo prematuro y lo detenía en los acantilados vacíos de mis frágiles costillas arqueadas para luego    l  e  n  t  a  m  e  n  t  e     escuchar los vocablos ígneos que emiten las piedras ancianas tras el cosquilleo frotante de sus torsos en la superficie del río

 

bailaba sobre la podrida poza estancada de mis tretristes sueños rotos mientras las sudorosas gotas de lluvia hacían zapatear ritmos extraños a los tepocates vidriosos que se hospedaban linfáticamente en el pómulo acuático de la vega

 

llenaba el vacío de mis escuálidos párpados grises con la inmensidad absoluta del agua verde que brotaba del lago y fuertemente lloraba rabioso  como cuando las almidonadas nubes cenizas son regañadas por el cielo bravío  y tienen que abandonar el calor de su nido

 

¡que feliz era cuando en mi ambiguo pecho  de niño tristherido solo habitaba el vuelo huérfano de una azucena blanca!

¡que feliz era

y no lo sabía!

somos seres del viento : plumas escarchadas que condensan el infinito: nimbus coquetas que adornan el penacho uterino del cielo : polvo estelar que levanta el galope del jaguar abuelo : somos viento seco sin nombre . humo que traza caminos en el firmamento. brisa que  acaricia las amplias praderas en donde germina el polen sagrado que fecunda la luz

 

sí . nosotros . los seres del viento que transportamos con germen eterno las hojas secas que se caen de los árboles  para convertirlas en alacranes trapecistas que danzan en ritmo suicida para pincharse y morir en sí

 

que nacemos volando

 

como vaivenes giratorios que adormecen el eco constante de los arcoíris nostálgicos en donde rueda la luna : nosotros . los del viento . que columpiamos en nuestro silencio el vértigo monótono del sol y que en el movimiento de nuestros corazones mecemos dulcemente el paso de los astros

 

nosotros. los seres del viento

volamos danzando

danzamos llorarndo

 

acurrucamos en nuestras pupilas las sombras inmensas  de los grandes cerros trenzados cuando se ocultan del filo de luz :  y es que en nuestros labios  -tibios vendavales del ocaso- dibujamos los lenguajes ambiguos

para quitarle el hambre a los astros

 

somos brisa tibia de las cálidas auroras . auroras tercas de los secos vientos .viento rebelde de los mismas tempestades . tempestades ambiguas de los ocultos  lenguajes de luz

 

sí:

somos seres del viento

y a su forma regresamos

 

 

el manto espeso de la noche alimenta con sus pezones adormecidos  por las florifundias fugaces : al hambre tartamuda de los seriales asesinos que se alimentan de los sueños

 

y al cerrar mis párpados pesados veo la sombra encanecida de mi cuerpo fusilado por el llanto

 

de mi costado sangrante brotan pájaros ígneos que se llevan en el pecho los perennes recuerdos  aniquilados por el desgarro y el olvido .

 

de mi rostro triturado germinan ratas desquiciadas por llevar muerto el peso de los años

 

de mis devastadas venas heridas fluyen achiotadas lágrimas espesas de corrosivos magmas insaciables que se diluyen en la mirada astuta de una hojarástica araña voladora

 

abro el vientre de mis ojos para intentar espantar el miedo : el tiempo se detiene entonces porque el sol no ha nacido

 

la danza aterradora de los sueños continúa en espirálicos delirios sudantes y los pájaros inflamados siguen volando heridos y las ratas perturbadas  siguen manicómicaminte su curso y las lágrimas magmáticas siguen doliendo en lo profundo

 

¿cuándo fue que empezamos a sentir entonces el frío de la  muerte?

¿en dónde nos dimos cuenta que en vida también se puede morir?

 

el sol ha besado el horizonte y los seriales asesinos que se alimentan de los sueños salen sobresaltados  por los quirúrgicos halos lúmincos  que se filtran a través del viento

.

.

.

.

.

pronto el filo mutilado de la  noche acechará los sueños  y nuevamente  el inmaculado hilo conductor del tiempo nos devolverá a la infinita plegaria de la muerte

 

 

 

 

 

“antes de ti era animal

ahora soy lenguaje”

carolina escobar sarti

 

 

 

(…)

José Aguilar*

Buenos Aires, Chiantla, Huehuetenango, 26 de marzo de 1997. Jardinero. Maestro . Estudiante de arquitectura. Embrión no germinado de gestor cultural. Actor para las compañías de Teatro: Café Cereza y Crixus Teatro y Espectáculos, Huehuetenango. Columnista de opinión para El Cuarto Poder. Parte de su poesía está incluida en “Modelo 90 Muestra de poetas guatemaltecos nacidos en la década de 1990” (Proyecto editorial Los zopilotes, 2019) y en varias plataformas digitales.

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