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Escritora, bailarina de danza contemporánea y bibliotecóloga, Silvia Díaz Azofeifa, conocida como Silvia Piranesi, nació en San José de Costa Rica en 1979. Desde hace cuatro años coordina, junto con el escritor G.A. Chaves, el blog Afinidades Electivas, una muestra de poetas costarricenses contemporáneos.

Estamos en el bar, restaurante y cafetería Chelles. Es el poeta Melvyn Aguilar quien nos presenta. Ella saluda, se sienta, pide una cerveza y saca de su bolso el libro –su libro– lleno de pequeñas etiquetas color magenta: “No importa existe el viento”. Ahora somos tres. Estamos aquí para conversar sobre su primera obra publicada en el 2009 por Ediciones Perro Azul, estamos aquí para conocerla, aunque ese intento sea como quien pega el ojo en la cerradura. Damos vueltas.

Hablamos sobre el juego del doble, sobre ese alter ego que le pertenece y le compete profundamente; hablamos sobre el ir y venir de la vida cotidiana, a través del sueño, del viaje interior. “Este libro parte de emociones al límite, pero esas emociones no son, ¿cómo explicarlo?, completamente verídicas. Se trata del estado de otro yo. Por eso no podía concebir que era Silvia Díaz… por eso Silvia otra, Silvia Piranesi”, afirma la escritora.

Ella adoptó este sinónimo del italiano Giovanni Battista Piranesi, arquitecto del siglo XVIII que en su colección de grabados Carceri d’Invenzione convierte las ruinas romanas en fantásticos laberintos, en calabozos ‘interiores’. Y es ahí donde confl uyen Silvia y Giovanni, en un oscuro pasadizo, en una galería, en un no sabemos qué a ninguna parte.

Pero el viaje de Silvia transcurre en el tren-espacio-tiempo de la relatividad: Las horas acontecen –fuera de ‘la cosa en sí’– mientras, en el interior, el ‘objeto-ser’ se detiene, sucede a partir del sueño o no sucede en absoluto, es símbolo, es memoria, semilla consciente, paradoja. El ser y los objetos en el mundo, el mundo contenido en el ser, el objeto-sujeto como unidad soluble, pero al mismo tiempo in-comunicada. Coincidencia o no “No importa existe el viento” es un libro que ‘surgió’ de una telépolis, de un mundo paralelo, de una blogosfera. “Ese proceso de pasar del blog al libro implicó mucho trabajo, primero seleccionar lo que yo consideraba que podía ser publicado, porque el blog, en realidad, es un pasatiempo, habían cosas ahí que eran solo para mí”, explica la autora. Luego vino el proceso de corrección. Algunos poemas quedaron tal y como se pueden leer en su página titulada Piranesi(1), pero otros cambiaron.

“Tardé meses haciendo las correcciones, dándole forma al libro, decidiendo cuál poema iba primero, cuál después, cuál de último. Yo no estaba escribiendo un libro, simplemente había escrito una serie de poemas que tuve que ordenar de determinada manera, lo hice intuitivamente, pero les di un lugar especial según mis afectos.”

LAS PALABRAS PRECISAS

Blanco y pavimento son dos palabras que vagan en los espacios aislados del entorno, en los objetos aislados del espacio, en el poemario de Silvia –hasta que ‘la crítica’ decida interpretarlas– “Cuando dividí el libro en esas dos secciones tenía demasiado sentido, pero ahora no recuerdo por qué lo hice, tendría que leerlo, analizarlo de nuevo.”

M.A . –Hay una cita de Samuel Beckett que abre tu libro… yo como lector comienzo a leerte desde ahí. –Me encanta su chochera, su hablantina.

M.A. –¿Te gusta el surrealismo?, siento que hay algo de automatismo en tu poesía. –Sí me gusta mucho, me atrae bastante. Me encanta esa sensación de escribir y no estar del todo consciente, dejar a un lado la razón en el momento que llega el impulso, dejar que el texto no tenga ni pies ni cabeza. Lo racional, para mí, que se quede para el trabajo. No comparto la idea de que el poema tiene que entenderse. Para mí se trata de generar sensaciones.

M.A. –Siento que es como un diario, que estás contando lo que sucede cada día y que cada día es un círculo. Me recuerda un poco a Joyce

–Me gusta mucho hablar de las cosas. Simplemente dejo que las palabras salgan, a veces pongo música, a veces no y así va. Lo que busco es que el poema sea armonioso.

OTROS “ISMOS” OTRAS PALABRAS

Silvia escucha las frases que van y vienen, opiniones que a nosotros, como lectores, nos provoca su poesía. A veces asiente, otras veces la duda se instala en su rostro, se le nota en los ojos, en las comisuras de los labios.

Conversamos sobre sus afectos: la danza, la música “Rachmaninov, Mozart, la ópera” y su hija Ema, cuyo nombre se le escapa con una enorme sonrisa. Sus palabras viajan, se detienen, permanecen.

“Antes creía que la diferencia entre prosa y poesía estaba en el nivel narrativo, ahora pienso que lo fundamental es la metáfora, ese decir de otra manera, ese decir sin decirlo.”

Sus correspondencias de estilo con el poeta Gherasim Luca podrían hacernos pensar en algún tipo de infl uencia; además de Cortázar, además de Beckett, de Breton, además del surrealismo; pero Silvia afi rma que comenzó a leerlo hace muy poco y que a ella misma le ha sorprendido la coincidencia. “Yo busco la palabra única, precisa. Me gusta que mis poemas sean cortos, concretos, como un ladrillo, como pequeñas piezas de un rompecabezas. No es algo que me propongo, simplemente son así. Me gusta que den esa sensación de entrabamiento, de tartamudez”.

M.A. –¿Hay nihilismo en tus poemas?

–A veces sí, a veces no.

M.A. –¿Minimalismo?

–No, porque minimalismo es decir solo lo necesario, en parte sí, pero soy tan neurótica en la palabra que estoy usando y es tan complicado que… No. Considero que mi poesía no es minimalista.

M.A. –¿Hay denuncia social, hay crítica?

–Bueno sí, sí la hay en el resultado fi nal y seguramente como sensación cotidiana, pero no fue un objetivo primordial, no fue mi intención que se convirtiera en algo evidente. Se trata simplemente de la vida, de lo que se ve como telón de fondo y de lo que se siente cuando uno trata de dibujar un mapa, un recorrido.

Para Silvia el proceso de creación es espontáneo, lúdico. Su poemario comparte con la danza ese borde entre el equilibrio y el desequilibrio. “Si tuviera que expresar con la danza ‘No importa existe el viento’ sería algo caótico… muy intenso. El impulso para bailar o escribir viene de vivir, pero ambos son distintos, no creo que haría una coreografía basada en ese libro.”

LOS LIBROS

El primer acercamiento de la escritora con los libros tuvo lugar durante las vacaciones escolares, cuando su madre, también bibliotecóloga, la llevó al trabajo. “Así que yo jugaba en la biblioteca, tomaba papelitos hacía que escribía y me iba a recorrer los estantes… era una biblioteca de biología, o sea, nada que ver, hongos, plantas, pero eso no me interesaba, a mí lo que me gustaba era la sensación de esconderme un poquito. Nadie me veía, era un sentimiento de soledad, no había nada, solo silencio.”

M.A. – ¿Vos vivís en el peor de los mundos? ¿Cuáles son tus mundos posibles?

–Bueno, yo soy muy contradictoria, en realidad. Puedo decir que sí, que el mundo es de lo peor, uno ve cada cosa, es terrible, es desesperanzador… pero al mismo tiempo no, qué rico tomarse esta birrita fría, me encanta; ayer vi una película que me fascinó; leí este libro que me encantó… Así que los sentimientos van y vienen.

M.A. –Pero hay aquí una idea del funcionamiento estructural del mundo, una suerte de cosmovisión... Por ejemplo, en el poema Versiones del Óxido: “Como la ruta que dispone de los trenes y no al revés. Dispone del campo traviesa, de los aguaceros…” Decís que hay un sistema y que al fi n de cuentas es éste el que dispone de las cosas.

–Sí, se trata de una falta de control, la responsabilidad desaparece. Tiene que ver con una visión en un momento dado de mi vida, que sin embargo no me la creo. Antes comentaba que soy contradictoria, puedo pensar algo pero nunca me lo creo totalmente. Mi visión de mundo es algo que está en continua construcción.

Le pregunto si su libro es una apología del tedio, de la acidia…

“Es que para mi desgracia, cuando me daba por escribir, estaba en esos estados. No es que era yo completamente yo, o que me sintiera así todo el tiempo, solo era una parte de mí en el lugar perfecto, en el momento perfecto… qué te digo, una especie de hundimiento, de sinsentido y de repente bueno, quería escribir, supongo que eso influyó mucho

.” Melvyn Aguilar saca un diagrama con los poetas de la Primera Transvanguardia (1965-1979), generación a la que pertenece Silvia Piranesi, según la cronología establecida por el crítico y escritor costarricense Cristián Marcelo Sánchez.

M.A. –¿Cuáles de estos poetas has leído? ¿Cuáles te gustan? Silvia menciona a G.A Chaves, aunque especifi ca que es todo lo contrario a ella “su poesía es muy pensada, seria, con un enorme bagaje cultural”.

 

Recuerda también algunos escritos del blog de Karla Sterloff y a Luis Chaves que le encanta “aunque reconozco que al principio me costó un poco agarrarle el toque”.

M.A. –¿Qué pensás de la poesía costarricense?

–Creo que le faltan cojones, arriesgarse más, siento que tiende al facilismo, que carece de peso, no toda, me gustan Felipe Granados, Alfredo Trejos. Pien so que hay mucha gente con pasión, con una necesidad de conexión mental con el mundo a través de la escritura, pero el impulso suele ser falso y el resultado bastante pobre, entonces… no les creo nada.

M.A. –Es que hay un momento, una generación en la que todos quisieron y quieren ser Bukowski, sin serlo, sin ni siquiera entenderlo, ni ubicarlo históricamente.

–Sí, a eso me refi ero, a impulsos y falsas posturas que además terminan en textos pobres. Ahora, más allá de las diferencias yo creo que todas las personas tienen derecho a expresarse, a tener un espacio para leer. Más allá de todo está la complicidad para organizar lecturas y actividades culturales, como las que impulsamos hace unos años en la Alianza Francesa “Leer es una fi esta”, o como el blog de “Afi nidades Electivas”. Yo en esos casos dejo a un lado mis gustos personales.

M.A. –¿Será una falta de lectura? –No sé, no estoy tan segura, sé que tal vez en Costa Rica no se lea mucho pero igual hay gente que escribe, que lee mucho y no son buenos escritores. Por supuesto que leer ayuda, pero todas las personas son distintas y por lo tanto necesitan cosas distintas, encontrar su propio equilibrio.

La conversación discurre ahora por el proceso de la lectura, su experiencia como lectora y su trabajo en la Alianza Francesa. “Yo no tengo ningún reparo en recomendarle un libro de Paulo Coelho a una persona que por primera vez se acerca a la lectura, son textos fáciles y es una estrategia que funciona, las personas regresan solicitan otro libro y otro… así los niveles de lectura pueden ir cambiando, todo depende de lo que la persona quiera, busque, necesite o desee experimentar.”

DE MUJERES Y POESÍA

Piranesi opina que la literatura es una especie de ‘Casa tomada’ en la que las mujeres están tratando de abrirse espacio.“No creo que sea por misoginia sino por puro cliché, creen que los hombres escriben de una manera y las mujeres de otra.”


M.A. –Lo que sucede es que la poesía escrita por mujeres de otra generación ha tendido a ir más hacia lo erótico y hacia la vivencia del cuerpo como un lugar propio. Yo siento que las nuevas generaciones de poetas mujeres se están alejando de eso, que sus preocupaciones son otras y que no quieren escribir desde o a partir digamos de “lo femenino”. A mí me parece que vos sos un ejemplo de eso y que tenés una propuesta no solo de fondo sino de forma.

–A lo mejor fue necesario escribir así en algún momento, pero si se supone que hay ciertas reglas, que hay que escribir de cierta manera a mí eso no me da la gana. Me gusta escribir sin género. Ahora, soy mujer y por lo tanto mis vivencias y experiencias como tal van a estar plasmadas de alguna manera, pero no me interesa escribir desde ahí. Me parece que el papel de las mujeres en la literatura debe ser reivindicado a partir de su trabajo, del texto como tal.

PROYECTOS

Silvia ya trabaja en su próximo libro, aunque no quiere apresurarse.

 

“Repetirme o no me tiene sin cuidado. Siento que hay una necedad en mí a la que tengo que darle espacio. Lo que me preocupa es que no sea satisfactorio, que no cumpla con mis expectativas. De momento no estoy satisfecha con lo que hay, termino de escribir y tengo la sensación de que no encuentro el punto… en ese sentido me siento un poco detenida.”

Otro de sus proyectos, en conjunto con el escritor Esteban Chinchilla, es la consolidación de Ediciones Ambigú, una iniciativa dedicada a la publicación de libros artesanales. “El lanzamiento oficial de la editorial fue con un libro de Álex Catona titulado “25 Síperos”, pero antes ya habíamos elaborado algunas pruebas, una recopilación de poemas míos, otros de Esteban Chinchilla, de María Morales.”

Son las seis de la tarde, parloteamos, nos despedimos. Silvia se sumerge en la selva de concreto mientras Isaac Felipe –desde otro tiempo, desde otro espacio– escribe: “El día entra en la noche como un príncipe herido en el costado …”

La poeta costarricense Silvia Piranesi lee algunos poemas de su libro "No importa existe el viento" (Ediciones Perro Azul, San José: 2009) Duración: 4 min. Este video fue elaborado por  LA PLATAFORMA The Rolling Book y DuoProducciones para el segundo número de la revista literaria "La Mandrágula". ANTECESORA del la ahora EL EZSOLUBLE  La revista está disponible en versión electrónica y en pdf en nuestro sitio web. Todos los derechos reservados. Permitida la reproducción sin fines de lucro y con los créditos correspondientes.

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