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5 TEXTOS DE  Luis Enrike Moscoso* 

XV

 

Morir

         Esa idea blanca como pluma de cisne

         ese idilio feroz y sin tormentas

         que mantiene abiertas miradas y puertas

 

Morir un día

       uno cualquiera con largos llantos

       de mujeres desconocidas

En silencio quizá con callejuelas

con olores agrios de vecindades lejanas

y el cielo empotrado en las ventanas del alma

 

Morir

          Idea necia y temprana

Morir mañana

                          Ayer

Morir de miedo

                         de ardor

                         de amor pulcro gangrenado

Morir a secas

                        a solas

                        a tientas

Morir

              como una esperanza

              como un niño huérfano

Morir

morir

morir y ya

             sin tomar el tiempo

             ni las ganas

Detenerse a la puerta del sepulcro

a leer la última carta de una amante desconocida

y cortar de tajo el atardecer

 

Morir como Adán

                        en el pecado

Morir de odio

            de nada

Morir calcinado

            por los años gastados

Morir de muerte

 

                        Comprender que corre en las venas

                        la guadaña nuestra de cada día

                        que el gato tuerto que nos persigue

                        es el alma espía de nuestros enemigos

                        Comprender que hay imanes en las puertas de los cementerios

                        Comprender la tiernísima intención del asesino

                        Comprender al cuervo que picotea el vidrio

                        en la mañana gris de nuestras últimas horas

                        Comprender la vida

                             tonta y lenta

                             arrugada de no usarse

                             guardada en el armario de la indecisión

Morir de golpe

           En jueves

En martes

                   ¿qué más da?

Morir un día sin nombre

           recién creado

Morir una noche de copas

           una noche de solitud

Morir acompañado

           y gastar de a poco

           los momentos no gastados

Morir-se Oliveriamente

          y quedar callado

          a observar

                       con la sonrisa puesta

         cómo se atragantan los gusanos.

De MATAR LOS CUERVOS DEL ALMA (2012)

 

 

GLOSA

 

 

Soy aria, endecha, tonada.

Soy Mahoma, soy Lao-tse.

Soy Jesucristo y Yahveh

Soy la serpiente emplumada.

Soy la pupila asombrada

que descubre como apunta.

Soy todo lo que se junta

para vivir y soñar.

Soy el destino del mar,

soy un niño que pregunta.

 

ESCARAMUJO. Silvio Rodríguez.

 

Soy aria,

endecha,

tonada,

si sostenido y bemol, garganta,

clave de sol;

Soy planto,

son y balada.

Me voy quedando grabada en la historia,

yo broté de entre las piedras,

volé como el canto del sinzonte.

 

Soy espíritu del monte,

soy Mahoma, soy Lao-tse, soy Jesucristo y Yahveh,

Ganesha, Krishna y el Buda.

Soy la inocencia desnuda de la razón sin la fe.

 

Soy la guitarra, el djembé.

Soy montaña,

soy cascada multicolor, soy manada.

 

Desde Palenque hasta el cielo decido emprender el vuelo:

                                                                     Soy la serpiente Emplumada.

Soy la pupila asombrada que va viendo su batir, sus alas

                                                                                             –terso latir-.

 

Soy el todo,

soy la nada. En cada rincón, pulgada,

Soy toda la rabia junta.

 

Soy migrante,

marabunta que no conoce frontera.

Soy el águila certera que descubre como apunta.

Soy todo lo que se junta en los límites del sueño.

 

Sin diablo,

ni dios,

ni dueño, soy el arado y la yunta.

Mas renazco en la presunta divinidad del jaguar.

 

Encuentro placer en dar antes que pedir prestado.

El tiempo se me ha otorgado para vivir y soñar.

 

Soy el destino del mar,

la concha de la tortuga. Soy

el capullo de oruga

que se empieza a transformar.

Soy magia,

polvo estelar que va del seno                         a la punta.

 

 

Decía mi abuela difunta que saber no es una suerte.

Pasa que desde su muerte soy un niño que pregunta.

 

De DEROGACIÓN DEL TEDIO (Inédito)

 

DÍA 4

2.26 AM

 

- Despierta.

 

El ojo derecho sufre.

Un mínimo temblor en las pestañas

anuncia el cansancio.

 

-¿DE QUIÉN DEPENDE LA VIGILIA?

El ojo izquierdo es un vigía en medio de la oscuridad.

Nada se escapa a sussensorestodopoderosos

 

El otro ojo, el tercero, eres tú, tú mismo reptando apenas

Como un segundero que persigue su propia cola

 

De CARTOGRAFÍA DEL INSOMNIO (Inédito)

 

 

Camina la mujer flotando

sobre flores blancas.

En el lomo resplandeciente de la mañana

un aura inefable envuelve

las manos desconcertadas del reloj.

Perfumes angélicos adornan el parto de la tarde.

 

La mujer también soy yo

y levito desde el principio de los días.

De EL LADO CÓNCAVO DE LA LUZ (2022)

 

 

A orillas del arroyo

el niño jugará a construir mandalas

con caracoles vacíos.

Cuando termine,

el arroyo habrá dejado de ser él mismo.

Veinte años después

tuve sexo con una sirena

en el mismo sitio.

 

 

 

De EL LADO CÓNCAVO DE LA LUZ (2022)

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*LUIS ENRIKE MOSCOSO (Villaflores, Chiapas, México. 1984). Poeta, editor y artista visual. Ha impartido y recibido talleres de creación y apreciación visual y literaria. Ha publicado Matar Los Cuervos del Alma (independiente, 2012), Brujulario (Espantapájaros, 2013), Radiografía de un Crustáceo (Espantapájaros, 2018), Sinfonía de la Dislexia (Edición digital, 2020). Así mismo ha sido incluído en antologías en México, Guatemala, Honduras, España e India y parte de su trabajo ha sido traducido al inglés, francés y portugués. Además, ha colaborado en revistas en México, Centro y Sudamérica. Actualmente es miembro del taller literario de Óscar Oliva y del Colectivo Cultural Punto de Fuga.

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