Cinco poemas de Odino Baul. / Ilustraciones de Oscar Agares
Los encuentros
Nunca vi crecer nada en ese predio
excepto palancas de metal y unas cuantas luces
Ahora la lluvia
cierne sobre mis ojos pececillos de cristal
y un halo de vapor sobre mi boca
La carretera abre persianas amarillas
y una grúa estática en el cielo
me inunda de tristeza a contraluna
Ahí nunca creció nada pero
pronto tendremos un centro comercial
Pronto la lluvia azotara en sus vitrinas
Asilo
Vive un hombre en Turingia como una higuera rota.
Como rama de olivo sumergida en el Werra.
Ha extraviado la vara
que guió su rebaño
por el monte escarpado
de su ayer pastoril.
Vive un hombre en Turingia que no suelta la escoba
mientras barre te cuenta de la guerra civil
la peor de las plagas
que diezmó a su familia
y redujo a escombros
su heredad ancestral.
Un inmigrante vive en un centro de acogida
y barre todo el tiempo la entrada del lugar
aunque nadie se lo pida
aunque no es necesario
el hombre barre a diario
por conservar su dignidad.
Un sirio
Un eritreo
a quien nadie da trabajo
en el centro de Turingia son higueras rotas
ramitas de olivo sumergidas en el Werra.
Walter Francisco Aquino Menéndez, San Marcos, San Salvador, El Salvador (1989). Estudiante de Ciencias Jurídicas en la Universidad Nacional de El Salvador. Publica bajo el Pseudónimo Fabriccio Odonio Baul. Entre el (2016-2018) fue coordinador del taller pro-difusión y producción literaria de la Universidad Nacional de El Salvador y del taller literario Cutacuzcat de la Casa de la Cultura de San Marcos (2018). Forma parte de la Antología latinoamericana de poesía publicada por la Editorial Casa Verde (México), así como de la antología El Vuelo del Flamenco (España) y Antología poética publicada en la revista literaria Marcapiel (México 2019). Algunos poemas de su autoría han sido publicados en revistas nacionales e internacionales: Revista Monolito (México), la Revista Cultural “El Coloquio de los Perros” (España), Revista Literatos de El Salvador, Revista Literaria "Letralia Tierra de Letras” (España), Revista Literaria Aquarellen” (Chile-España), Revista Almiar” (España). Alguno de su trabajos en narrativa (cuento) están incluidos en las revistas, Ariadna rc (España), Ciudad Absenta (México) y Cinco Centros (México). En el 2018 Obtuvo el Primer lugar en el certamen de poesía de la Facultad de Jurisprudencia y Ciencias Sociales de la Universidad de El Salvador.
SIMEÓN
Este viejo había roto ya todos los hilos, a veces sus brazos caían como piedras en un pozo, otras germinaban de su torso como flores de nopal. El señor sin labios sino con un abismo
–Blanco agujero devolviendo en un eructo la materia–
Asía la palabra por la oreja como una taza de café. Su cuerpo un águila real en una orilla dórica. Espetaba en recitales sus poemas, sus soles, sus planetas, meteoros furibundos de hielo y bacterias, –Sembrando sus microbios en inanes frontispicios- Este viejo estaba loco. Hirsuta toda barba, de lágrima lustrosa y heredada, de la sombra innumerable del cordón umbilical. Colegía las astillas de su próxima sutura ¡Ay, su propia búsqueda psicótica! La escalera y el carácter de un galimatías, que aplastaba con el peso de trescientas Alejandrías.
Bipolar dicen los psiquiatras al hombre hemisférico. El de letra anancastica en la cúspide de un faro. Con las hordas de su boca esclaviza las miradas. El señor sin eutaxia nos martilla los oídos. Yerra por jardines polisémicos con nuestros ojos por cadenas. Simeón el Estilita que cayó de su pilar en su asunción a la locura. Simeón la marioneta que juega con tijeras, aferra nuestras almas a la tierra, cada vez que lo exiliamos en la cumbre de un pilar.
Poema en la caverna
No he nacido
es raíz de amate este cordón umbilical
savia de ti, hacia ti, en este viaje
no he roto tu carne
soy amniota de tu espesura y tus mareas
liquen, musgo en tu matriz.
De entre todas tus criaturas, eres tú
la siempre resignada.
Abren tus heridas
y extraen cruda hasta la bilis de tu cuerpo
hasta la desértica ranura de tus huesos.
No nacemos;
cauce y perenne florecer del viento
eterno movimiento de palmeras
no nacemos, solo brotamos de la tierra
en áurea proporción nos fragmentamos.
Nos repartimos en tus antros
y horadamos tu cadera
como larvas en el cedro
te arrasamos como incendios
mellamos insaciables tus honduras.
Nos dispersamos con más hambre en tus arterias
sobre los 24 meridianos
sobre los polos que se achatan
sobre las aguas del narval y los corales
sobre la flor del paraíso y los pinares
sobre la taiga y los helechos, nos multiplicamos.
Nos dividimos cual planarias en tu caldo primigenio
de un trozo de tu carne, nuestra carne
átomos de tus átomos, creados.
No hemos nacido, Madre
solo pariste nuestras luces
un racimo de neuronas y de estrellas
que nos ensordecen.
Como trilobites con destellos de consciencia
células y eslabones de tu sangre
recuerdos de peces lobulados
dando
su primer
paso sobre tierra
somos
animales tatuados en tu vientre.
Playa imaginaria
Detrás de aquellas casas no veras el mar
solo otra calle hacia el sur de la ciudad
pero no veras el mar.
Del labio roto de la tarde
cae la lluvia
y la noche incandescente espera
entre los edificios más allá
detrás de ventanas vivas y muertas
subiendo por miles de escaleras.
Veras fábricas de invierno
y parques olvidados
perros acuñados frente a tiendas
Pero no el salitre en la mirada de un cometa
No el mar.
Solo el sur de la ciudad
la pared blanca del garage
que pinte a principios de año
y una vereda que da hacia los cerros
Pero no hacia el mar.
Detrás de aquellas casas
solo hay autopistas
y un ignoto camino de tierra
para pensar en el océano.