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5 textos de Juan Luis Díaz

Ilustraciones del maestro Héctor Hernández 

baner  JUAN LUIS CR 2.jpg

AARÓN


Si no te soy útil,
mátame.
Pero déjame atravesar tu mirada
como un sorbo de luz
en el curso de la vía láctea.

GRAVEDAD


Sé que hay algo en estos brazos que me pesa.
En el desconcierto de estos brazos,
ya no gravitan aquellos años tempranos
cuando aquel pequeño dios
puso su rostro en el pecho de una estrella fracturada
o en el corazón del mundo donde entierro las manos.
He aquí estos brazos de hombre-astro,
de viento-tierra,
de espasmo-miedo
diluyéndose en la pira de todo lo ilusorio,
resquebrajándose por sí mismos
en la claridad que ofrece un punto lejano en el vacío
y que consume la calidez del último temblor.
Todo será peso en estos brazos:
los años, el misterio, la semilla,
el insípido silencio,
la gravedad obediente,
la ceniza rodeada por el fuego
y puede que también esa insolencia
que no me permite sondar mi propio centro.

CARTA A MARIA MAGDALENA

 


Querida:
¿Dónde te has metido?
¿Acaso elegiste la misión de Phileas Fogg
o la vida de Copérnico, boxeando en las cantinas de Bukowsky?
¿Acaso eres la visita conyugal de Edmundo Dante
o vagas por Ámsterdam con tu liguero tatuado a la vista de todos?
¿Acaso atracaste por Estambul en un bergantín pirata
saludando con tu braga en la mano?
¿Acaso azas y te comes a los muertos de atar
en la ciudad de los tiburones o incurres
en mi deseo de lamer el pezón en sal de la mujer de Lot?


Es imperativo saber de ti pronto.
¿En qué nuevo mándala dibujas tu seno?
Te extraño tanto que soy toque de queda,
duermo al salir la luna y despierto
en el momento justo del orfeón del caos.


Necesito tu regaño domador,
no puedo contener el reptil que hay dentro de mí,
quiere pasear por tus lúdicas avenidas,
por tus lascivas esquinas con insultos e irreverencias.


Seguiré esperando como el insigne vicioso que recuerdas,
con el fondo negro en la botella, tu espejito y el ultimo gramo,
a que vengas y me cuentes de que están hechas
las pesadillas de la mujer que reina en mi torso.


No sé qué paraje fotografían tus ojos
y teclas en cuartillas de olvido,
con tus pies suspendidos a un milímetro del suelo
y a una muchedumbre de infinitos de Dios.


Por eso me despido tirando la lengua al viento.


Cualquier gárgola de alcurnia puede remitirla en su nombre.
Un beso y un gigantesco abrazo de tu cliente más fiel.

HITLERJUGEND

 


Querido Mein Führer:
He leído el génesis, el de Lot y el de Job.
Me parecen una fábula
para niños sordos que pecan en las sombras.


Mein Führer:
Es extraño ser hombre.
Después de tantos años
ya no sigo a enajenados líderes,
no levanto mi frente ante rojos pendones,
no extraigo dientes de oro,
entono himnos de ceniza,
no cruzo límites ajenos
ni enmarco pieles tatuadas,
no cremo a los muertos
ni me drogo con su humo tóxico
y discúlpame si no levanto la mano en saludo,
ya que los soldados siguen llegando.


Mein Führer:
Me cortaron la cabeza y la llevo en la mano,
me encerraron un siglo,
nadie abogó por mí en la Plaza de San Pedro.
Estoy cansado,
esta fatiga de bomba intercontinental me pesa en los hombros.


Mein Führer:
Somos memoria amarga,
biblia negra, lucha fastidiada, águila extinta,
satanizados y odiados
como el discurso de un ateo en el vaticano.


Querido Mein Führer,
más bien mi querido dios,
ya no te sigo, no queda nada,
cuando se crece en guerra
la paz llega a ser un fastidioso vivir.

Mi querido dios,
más bien querido Mein Führer, adiós.
Tu recuerdo nos bastará
para ponerle ruedas a nuestra cruz.

 

 

CREACIÓN

 


Fui enunciado en el principio,
junto con la quimera del trazo universal
y el choque de los mantos.
En el vacío comenzaron los abismos,
aún no estaba madura la materia.
La luz formaba círculos,
el cosmos retozaba como esperma.
Los cielos se colaban sobre la faz de la nada
y por la comisura del vórtice arrastré la ceniza de un segundo.
Atardecí otro infinito,
los hilos de calor me llevaron de vuelta.
Habló el nacimiento,
el elemento colgó sus espacios.
Desde un punto hueco
la creación caía en vertical,
la explosión me formuló en dos.
Descendí al país de lo inmaterial
resbalando en la baba iracunda del bípedo lacustre.
Antes de que el todo logre el cenit
espero ser el boceto
que revela la continuidad de lo incierto.

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Juan Luis Díaz, San José, Costa Rica.  (1987). Estudió  diseño publicitario. fue participante en los talleres poéticos: El eslabón perdido (poetas menores de 30 años), Taller AntiTaller- Anti y  miembro del Taller literario Luna Roja. Ha participado en diversos recitales poéticos. Poemas de su autoria han sido publicados en la revista virtual el repertorio  La mayoría de su obra permanece aún inédita.

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