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 5 textos de Juana M. Ramos

Ilustraciones de Héctor Hernández 

Niña

Claroscurada niña,

callejón apartado

lacónico de luces,
revolotea la libertad

atrapada en tu mano,

la que no repara

             en empuñarse

hasta abrir sus cicatrices,

en ella muere un par de alas,

alas que tomaste prestadas

           tantas veces

                         para huir.

 

Anaquelada niña,

          acumulando

el polvo de los años, 

muerdes las sonrisas

          destellantes

que te ciegan,

          que te hacen

contemplarte desde afuera.

          Niña que se miente,

se desarma,

          rota, histriónica,

apagas las llamas a tu paso,

caminas lentamente

          observante,

          ventrílocuo

de tus medias verdades,

eco de una infancia

                     accidentada.

 

Anquilosada niña,

           cantas

la única canción de cuna

que te arrulla,

la que te tiende una mano

          para que mueras

          cada noche,

la que nutre tu raquítica niñez,

          la que silbas

en círculos viciosos.

 

Escindida niña,

          se asoma entera

          a unos ojos

que no parpadean,

a punta de recuerdo

          te abres paso,

          te saqueas,

          te das fuego,

descalza te paseas 

          sobre tus escombros.

 

  

 

Exequias

 

Una radiola ronca y temblorosa da paso a la voz de un hombre que hace de la erre un salta cuerda. Monótono, lee un poema infinito, debate ontológico o lamento lastimero de una vida que se sienta sola a la mesa después de un largo día de trabajo. Canta una victrola y el hombre dibuja un rostro severo e interminable en una servilleta. Recuerda a su padre, de pie, en la fotografía de su infancia, entre las pocas que quiso rescatar de los años compartidos. Al fondo, Nina Simone solloza lo que él no puede ni se atreve. Abre la puerta sin mirar atrás, en la espalda todo su equipaje, rostros nuevos lo acompañan, cuerpos embalsamados de añoranzas, incontables silencios afilados, lágrimas contenidas, un juego de llaves, todo aquello que se encierra en un trágico abrazo. Un hombre medio muerto sale incompleto, deja atrás a una mujer medio viva que se queda entera: hermana, compañera, hija.

 

 

Siguanaba

 

Urbana eres ya,

          mujer

de caminos empedrados,

          de montes,

          polvaredas,

en las esquinas te interrumpes

          cada tarde

          por bocas

          que te han vuelto 

          mil versiones.

Te quitan y te ponen,

          te achacan

a ese niño que a diario

          de cenizas

          se alimenta.

Te bañas en el río,

          pelo largo

          escurriendo 

          tantos siglos.

Las quebradas, las veredas

          se vuelven

          medianoche

          al advertirte.

 

 

Toque de queda



A las 6 se interrumpe la ciudad,
se abandona a la voluntad

de una ley que a diario la aniquila. 
Un silbato a medianoche,

un motor, un portazo, sonidos

metálicos, suelas en compás

atraviesan sus arterias,

se cuelan por debajo de las puertas  

sometidas a llaves dobles

y cadenas que pretenden detener la marcha.

Puertas vigilantes que hace tiempo

                                 ya no duermen.

Es inútil la vigilia,

ahora la ciudad ojerosa espera a oscuras

en una sala, un dormitorio,

abrazada a unos hijos que se angustian,

a unos padres que tratan de entender,

a un sueño que lo justifica todo,

a una noche triste, la más triste,

desde el primer día anunciada.

Noche-grito que se escurre por las alcantarillas, 

noche de temores aún dueños de sí mismos,

de cuerpos arrastrados por todas las aceras.

A la mañana siguiente, amanece la ciudad,

se despereza, vuelve a su andar cotidiano

               como si la noche no existiera.

 

 

 

Una ciudad en el pecho

(Del sueño)

 

                                          A Monseñor Romero

 

En la procesión,

con las manos santas,

te montas en el hombro

la urna de un sueño

que pariste por lealtad a ti,

sueño sin nombre

pero con una ciudad

         en el pecho.

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Juana M. Ramos. Nació en Santa Ana, El Salvador, y reside en la ciudad de Nueva York donde es profesora de español y literatura en York College, CUNY. Ha participado en festivales y lecturas de poesía internacionales en México, Colombia, República Dominicana, Honduras, Cuba, Puerto Rico, El Salvador, Argentina, Guatemala y España. Ha publicado los poemarios Multiplicada en mí (Artepoética Press, 2010; segunda edición revisada y ampliada, 2014); Palabras al borde de mis labios (miCieloediciones, 2014), En la batalla (Proyecto editorial La Chifurnia, 2016), Ruta 51C (Proyecto Editorial La Chifurnia, 2017), Sobre luciérnagas (Proyecto Editorial La Chifurnia, 2019) y Sin ambages/To the Point (Cuadernos Negros Editorial, 2020). Es coautora del libro de testimonios Tomamos la palabra: mujeres en la guerra civil de El Salvador (1980-1992) (UCA Editores, 2016). Además, sus poemas y relatos han aparecido publicados en varias antologías, revistas literarias impresas y digitales a lo largo de Latinoamérica, EE.UU. y España. 

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